Ayer actué de testigo en un arresto. Una pareja de extranjeros que se ocupaba de robar computadoras en eventos promocionales fue encontrada con las manos en la maza y, luego de una persecusión, fue llevada a la comisaría.
"¿Qué les va a pasar a los ladrones?"- preguntó una empleada del evento. "Les vamos a dar picana 220 hasta que confiesen"- bromeó uno de los oficiales, mientras se probaba los anteojos que le sacaron del auto a los sospechosos -"Qué facil que sería si fuera así!"- añadió, por si no nos quedaba clara su posición. "El tema es que si son inocentes, podés terminar haciendo una barbaridad", añadí. El uniformado se limitó a mirarme de reojo.
Después de 5 horas (desde las 20.00 a la 1.00) de firmar papeles y presentar declaraciones, le pregunté al oficial de turno qué iba a pasar con los detenidos. Me contestó que los iban a ser librerados al día siguiente y que el caso iba a ir a juzgado, pero que era seguro que no fuera a pasar de ahí. "Entonces hay que tomar la justicia por mano propia", comenté. "No, por que después se pueden vengar de vos. Si los negros no tienen nada que perder".
¿Qué lindo, no?
And Justice For All!
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